14/10/10

ORACIÓN A SAN LAZARO


Glorioso Patrón de los Pobres, que en tantos tormentos me veo,
con solo llamando tu espíritu me des lo que yo deseo,
y que encuentre que mis males sean remediados con solo decir esta oración:
En el Nombre de San Lázaro, que los buenos espíritus que me ayuden y que vengan en mi auxilio,
cuando yo padezca de algún mal o este en algún peligro que me los detengas,
y que a mí no lleguen, y que esto me sirva de una prueba de vuestra protección para mí y haced,
San Lázaro que tu espíritu sea mi fe y todo el que a mi lado estuviere, y que en ti, patrón,
encuentre la fuerza que necesita mi materia para poder llevar estas pruebas de este planeta en
que habitamos y de este camino que hay que pasar, mandado por Dios, nuestro Padre,
pues en ti pongo mi fe para que me salves de esta y me des consuelo a mis grandes males y que por tu valor
tenga otro porvenir mejor a este que tengo, y que en el nombre de San Lázaro lo espíritus malos se alejen de mi para siempre con solo decir esta oración;
San Lázaro conmigo y yo con él; el delante, yo detrás de el, para que todos mis males los haga desaparecer,
la Gloria de todos. Amén.

El que esta oración tuviere, todos sus atrasos perdiere,
y a los veinte días vendrá el patrón en sueños a indicarle en lo que ha de tener su suerte.
Si fe tuviere en el, se salvara también.

31/5/10

Feliz cumple años querida Angeles!!


Querida Ángeles:


Mis mejores deseos para este día, que seas todo lo feliz que puedas, cumplas muchos más, y al menos que yo vea el próximo..., Te envié un SMS a mediodía, hora más que cordial, en aras a evitar mayores molestias, pues presumo que si el cumpleaños, por segundo año ha caído en fin de semana, no transcurriría la noche del sábado en paz recogimiento y ejercicios espirituales.

Un besazo muy grande y un fuerte abrazo, gracias por otro año en que has repartido felicidad....,


6/4/10

Cuando murió Narciso las flores de los campos quedaron desoladas y solicitaron al río gotas de agua para llorarlo.
-¡Oh! -les respondió el río- aun cuando todas mis gotas de agua se convirtieran en lágrimas, no tendría suficientes para llorar yo mismo a Narciso: yo lo amaba.

-¡Oh! -prosiguieron las flores de los campos- ¿cómo no ibas a amar a Narciso? Era hermoso.

-¿Era hermoso? -preguntó el río.

-¿Y quién mejor que tú para saberlo? -dijeron las flores-. Todos los días se inclinaba sobre tu ribazo, contemplaba en tus aguas su belleza...

-Si yo lo amaba -respondió el río- es porque, cuando se inclinaba sobre mí, veía yo en sus ojos el reflejo de mis aguas.